En la intimidad del atelier de Carmen Soto The Bride
Hoy comparto con vosotros esta entrevista que he realizado recientemente para que conozcáis más en profundidad mi estilo, mi personalidad y mi trabajo cuidado y detallista.
Carmen nos recibe en su magnífico estudio donde cada rincón rezuma la magia de la alta costura, para transformar todo ese saber y exquisito gusto en una ‘costura de autor’. Sus pilares básicos son la perfección de sus acabados, los exquisitos tejidos que aportan un movimiento a sus faldas único y los bordados especiales que culminan sus obras de arte.
Cada novia que entra en el atelier de Carmen se encuentra como en su propia casa, ya que su trato es totalmente individualizado consiguiendo no solo vestidos sublimes, sino que captan la personalidad de la novia y realzando su belleza natural. Cada una de sus obras de arte están realizadas totalmente a mano por modistas de la vieja escuela, cargadas de experiencia.
¿Carmen, de donde viene tu pasión por la moda?
La moda siempre ha estado muy presente en mi casa, desde pequeñas contábamos con una modista que nos hacía los vestidos. Ello desarrolló nuestro interés por la moda, los tejidos… nos encantaba hacer vestidos a mi madre.
Mi vena creativa siempre ha estado muy presente, soy decorador de profesión y me encanta mezclar diferentes tejidos, tonalidades, texturas…
Mis comienzos en el mundo de las novias fue de manera totalmente casual. Un día hablando con Natalia, una novia de talla 50, de la que siempre me acordaré y estaré eternamente agradecida, me comentó que no sólo no había encontrado el vestido de novia que buscaba, sino que le habían tratado muy mal en todos los ateliers que había visitado.
A Natalia le sucedieron otras novias y así de continuo, solo realizo 30 diseños por temporada para seguir haciendo diseños exclusivos.
¿Quienes son los diseñadores que más han influido en tu estilo o aquellos cuyos diseños más te han inspirado?
Siempre me han gustado mucho Valentino y Elie Saab. Del diseñador italiano destaco sus organzas, puntillas, tules, lazos, se respira un romanticismo diferente, me encanta la exquisita mezcla que hace con organzas y tules. De Saab me quedo con sus impresionantes pedrerías, los crêpes de base y las muselinas, siempre cortadas al bies. Dos diseñadores muy diferentes y de distinta época pero que que van muy en mi gusto y estilo.
¿Cómo es la novia que viste tus diseños?
La verdad, es que para mí cada novia es única, porque un vestido de novia no se compra se crea, pensando en la personalidad y los gusto de ella, por eso realizo vestidos ‘a la carta’. En cada prueba se va dando forma al traje, añadiendo detalles o quitando siempre buscando favorecer y potenciar al máximo la belleza natural de la novia.
Con respecto a mi primera colección que he presentado en Atelier Couture, ha sido puro romanticismo, vistiendo a una novia etérea, romántica, segura de sí misma, con personalidad, criterio y que siempre entiendan que su vestido es único y pensado exclusivamente por y para ella.
Presentar esta colección ha sido una oportunidad fantástica de darnos a conocer en Madrid y proponer una novia diferente donde la mezcla de texturas en las faldas, detalles únicos y un perfecto acabado son los protagonistas.
¿Cuáles son tus tejidos fetiche?
Con mucha diferencia, apuesto por una buena base de crêpe de seda al 100%, combinado con organzas, muselinas y/o tul de seda.
Cuando entra una novia por tu atelier, ¿cuál es el proceso que se lleva a cabo?
Cada novia que entra al atelier por primera vez, quiero que se sienta muy a gusto, le dedico todo el tiempo que necesite, en esta primera toma de contacto juega un papel fundamental toda la información que la novia , mi misión es escucharla para conocer sus gustos, su estilo, su personalidad, qué quiere para el día de su boda…
Una novia con criterio que sepa lo que le gustaría llevar y sino sabe, yo intento captar su idea para poder plasmarla en una toile que realizo en exclusiva para cada novia.
Hay que escucharlas mucho para conseguir el mejor de los vestidos y siempre para cada novia, nunca repetimos un mismo modelo.
Sin duda, el vestido de mi sobrina Carlota es una niña con mucho estilo pero muy pequeña 1,58 y muy delgada, “me dijo tía me pongo en tus manos, vaya responsabilidad, vaya responsabilidad. Mis amigas saben que lo diseñarás tú y van a estar súper pendientes del resultado”.
Carlota estaba enamorada de los vestidos de Laure de Sagazan y le dije, desde el primer momento que me negaba a a hacer nada parecido, si quieres preparamos algo en color y partimos de esa base. Jamás he disfrutado más de un vestido que el de mi sobrina, la veía tan feliz, capté su gusto y lo mejor de todo fueron sus palabras al terminarlo: “Tía que vestido más increíble me has diseñado, no hay ninguno que me pueda gustar más. Tía es mi yo , es muy yo, mil gracias”. Me decía continuamente.